viernes, 23 de octubre de 2015

Mar de Lágrimas en Biescas

El 7 de agosto de 1996, el llanto del cielo provocó lágrimas de dolor en España.
El camping de las nieves, en Biescas (Huesca), fue arrasado por una riada, que acabó con la vida de 87 personas, dejó 183 herido y muchísimas familias sumidas en el dolor.



Alrededor de las 7 de la tarde una fuerte lluvia cayó en la zona, dejando 160 litros de agua por metro cuadrado en menos de una hora en el pirineo aragonés. El camping estaba situado en el cono de deyección del torrente de Arás que desemboca en el río Gállegos. Por encima del camping, un sistema de 32 presas, construidas en 1957 debido a otra inundación, tenían recogidos 136.000 toneladas de sedimentos arrastrados por el agua que desde ese año nadie se encargó de limpiar. La ruptura de una presa hizo un efecto dominó y fue rompiendo todas las presas hasta llegar al camping. En unos 5 minutos el camping fue arrasado. Los campistas se ven sorprendidos por una avalancha de agua, rocas, árboles y barro; la gran mayoría no mueren ahogados, sino aplastados por los sedimentos y la fuerza con la que son arrastrados por el agua. El clima y la ubicación hicieron muy difíciles las tareas de rescates, el último cadáver, el de un niño, no fue encontrado hasta casi un año después, el 7 de julio de 1997.

Esta tragedia podría haber sido evitada, para el permiso que se necesita para construir el camping se mandó a Emilio Pérez Bujarrabal, jefe de sección en el departamento de agricultura de la diputación general de Aragón por aquel entonces.  Este hizo constar en su informe (en 1986) que dicha ubicación no era segura, pero el informe se ignoró o no llegó al departamento donde debía llegar, lo cierto es que el camping fue levantado.
En 1988 el botánico y ecólogo Pedro Montserrat Recorder, investigador del instituto pirenaico de ecología CSIC, alertó nuevamente del peligro de la ubicación, en un artículo de la enciclopedia temática de Aragón.
Por último, dos meses antes de la tragedia, la misma diputación de Aragón envía a un funcionario dependiente del ministerio de medioambiente, F.J, Ayala Carcedo, el cual advierte de dicha ubicación y alega que el camping debía ser levantado inmediatamente. Pero nuevamente fue ignorado…

El pueblo entero de Biescas se volcó en ayudar a los afectados, dando una muestra ejemplar de solidaridad. Después de dolor y las muertes, otro duro paso que afrontar, las familias afectadas se embarcan en un proceso penal que dura años y no tiene resolución hasta el 2005, donde se responsabiliza al Estado (Confederación Hidrográfica del Ebro) y a la diputación general de Aragón a indemnizar a las víctimas de la tragedia.


Zaira T.


Fuentes: Varios periódicos de la época. 
Internet.



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